¡Basta de negatividades y quejas!

Mónica De Salazar
5 min readMay 23, 2018

--

Ni todo lo bueno ni todo lo malo dura por siempre, es decir, que no siempre se puede estar bien y tampoco mal. ¿Entonces por qué hay gente que invariablemente está mal, o habla de lo mal que está todo, o se clava en estar tal vez no-mal pero nunca tiene una actitud de que todo puede estar mejor (aunque en principio esté mal en según qué medida).

En más de una ocasión me he preguntado qué pretende la gente que se enfoca a lo negativo. Muchos de ellos expresan que están siendo realistas, ¿y sí? ¿Ser negativo es más realista que ser positivo, o nuestro? No lo creo. A mi juicio, ser negativo es ser negativo, ser positivo es ser positivo y ser realista no depende de algún tipo de sentimentación, al contrario, considero que depende del grado de objetividad acerca de los hechos sin interpretación, donde se definen tal cual son.

Desde ahí, incluso es un poco peor la negatividad porque es incapaz de reconocer lo que funciona, no logra ver los potenciales, exclusivamente se centra en los fallos y fallos potenciales, y tampoco gestiona propuestas. Esta actitud entonces lejos de abrir posibilidades, las cierra. Esta actitud no explora opciones, ni crea, ni visualiza, ni nada… solo apaga las luces, promueve la desesperanza y hace que todo sea propenso a fracasar.

He notado a través de algunos años facilitando procesos de coaching, que en más de un escenario la negatividad se llega a relacionar con actitudes de codependencia (sé que éste es un punto potencialmente cuestionable o que irrite a más de una persona), por ello explicaré que noto el siguiente patrón:

  • La persona negativa tiene un concepto de que todo está mal y se lo expresa a otras personas a su alrededor,
  • Las personas a su alrededor perciben que esa persona sufre,
  • Como perciben que esa persona sufre tratan de secarle las lágrimas (en sentido figurado y a veces literal) tratando de animarle a que vea todo de una manera tal vez un poco más positiva, en ese punto (que considero crítico) es donde se crean frecuentemente enganches e interacciones de manipulación a corto, mediano, largo y casi eterno plazo,
  • La persona negativa se da cuenta de que al ingresar negatividad con quienes se ha enganchado, obtiene atención, concesiones especiales y en muchas ocasiones, también la posibilidad de portarse de cualquier manera porque pobrecillo/a, es que lo pasa tan mal que hay que darle un poco de espacio para que se relaje.

Y entonces esto se repite una y otra y otra vez. Sea con la misma gente, o con nueva… Depende de si se enganchan o no, o cuánto tiempo o hasta donde. Entre más sea el estire y afloje, ¡mejor!

Luego hay otro tipo de interacción de la negatividad, ese que llamo Los Amigos de la Miseria, ya es bastante conocida la frase que dice que la miseria ama la compañía. O sea, aquí me refiero a la gente que se junta a regodearse en la negatividad y en lo mal que está algo o todo. A ver, no perdamos de vista que a veces es entretenido quejarse de algún mal común (p.e. empleados quejándose de su jefe) ya que ayuda a tener una sensación de acompañamiento y de no estar solos/as, así como de fuga de tensión y todo eso; a veces claro que nos juntamos a beber y lamentarnos de nuestras ex-parejas, o de algo que haya salido mal en general. ¿Entonces la negatividad está bien o mal? Pues ni lo uno ni lo otro, creo yo.

Visto desde otra manera, lo positivo y negativo es un asunto de balance. Haciendo una pequeñísima acotación sobre el concepto del Balance Declarativo, imaginemos los siguientes escenarios:

  • Una persona diciendo que todo está mal, todo el día, todos los días, acerca de todo.
  • Una persona diciendo que todo está bien, todo el día, todos los días, acerca de todo.
  • Una persona a veces diciendo que algunas cosas están mal, en algunos momentos, en algunas circunstancias.
  • Una persona a veces diciendo que algunas cosas están bien, en algunos momentos, en algunas circunstancias.
  • Una persona diciendo simultáneamente en según qué momentos que hay cosas que están bien y también que hay cosas que están mal.

¿Cuál parece ser más objetiva, y retomando los comentarios iniciales… cuál suena más realista? Al menos para mí suena igual de poco realista alguien que vive en la negatividad que alguien que vive en el absoluto optimismo, excepto porque es un bajón de actitud para sí mismos/as y los/as demás.

Y para quienes tenemos que lidiar con vampirines de energía, algunas cosas que pueden ser útiles:

  • Evitar engancharse, y sobre todo evitar tomarse las negatividades personales. Recordemos que sin importar que tan acertado o no nos parezca algo, en la mente de quien lo expresa tiene sentido y el hecho de que a nosotros nos haga o no sentido es aparte.
  • Buscar reconducir la conversación a algo positivo, ya sea para romper con la dinámica o para hacer notar que no queremos engancharnos en ese tipo de conversación.
  • Hacer y (hacernos cuando estamos teniendo una conversación negativa) la pregunta clave: ¿Qué te dice esto sobre ti? Vaya, cuando uno se detiene a observar-se sobre lo que está haciendo y diciendo, a veces las cosas tienen giros. En este punto en particular, la gente negativa constantemente toma una actitud de defensiva, lo cual únicamente hace más notorio que le gusta estar mal.

Por supuesto que hay muchas otras acciones puntuales, pero que en general versan más o menos en lo mismo, y variaciones de lo mismo.

Por último, algunas cosas de reflexión para cuando estamos teniendo enfoques negativos (a veces son tan sutiles que parece que no es negatividad expresa, pero a ver, todo lo que no es positivo o neutro puede estar más en el terreno de lo negativo en alguna escala).

Cuando estoy teniendo pensamientos diferentes a algo positivo o neutro, pensar cosas como:

  • ¿Qué me dice esto sobre mí?
  • ¿Qué tanto bandeo entre lo positivo, neutro y negativo?
  • ¿Cuando no estoy teniendo una postura neutra o positiva, qué espero obtener de eso?
  • ¿De qué manera podría reconducir el tipo de pensamientos que tengo al respecto?
  • ¿Hasta qué punto considero que es conveniente quejarme de todo lo que puedo?
  • ¿Cómo me siento cuando me quejo y tengo actitudes negativas? ¿Me aporta algún tipo de bienestar?
  • ¿Cómo veo que los demás se comportan cuando me expreso negativamente? ¿Se acercan, se alejan?
  • ¿Vivir en la negatividad es confortable para mí?
  • ¿Tengo apertura a la retroalimentación donde tal vez me digan que es molesto tratar conmigo por mí actitud?

Por último un pensamiento sobre el balance entre lo negativo y lo positivo: “Compartir el sufrimiento lo hace menos y compartir la felicidad la hace más…” ¿Hacia dónde tiramos entonces? ¿Es tanto nuestro sufrimiento que necesitamos compartirlo? ¿Buscamos multiplicar nuestra felicidad al hablar de las cosas que están bien?

--

--

Mónica De Salazar
Mónica De Salazar

Written by Mónica De Salazar

Green MBA + #CreativeProblemSolving Consultant. Focused on Business Strategy for Digital, Social and Environmental transformation. Founder of @LifeStrategics.

No responses yet